Mayo: ¿Qué le dirías a una persona antivacuna?
Editorial
Por Paulina Bravo González - Bióloga, máster en didáctica de las ciencias experimentales, candidata a PhD en educación. Investigadora del Centro.
Desde antes de la crisis sanitaria por COVID-19, hemos visto el aumento de grupos antivacunas que, como movimiento, empezó a tener más fuerza a partir del 1998 dada la publicación de una investigación que vinculaba al autismo y la vacuna triple viral (investigación que posteriormente se rechazó por fraudulenta), lo que trajo como consecuencias que en Italia hubiera, por ejemplo, una epidemia de Sarampión el 2017 (1). Esta situación ya era problemática antes de la pandemia por COVID-19 y ahora se vuelve aún más compleja...

Pareciera ser que no podemos quedarnos con decirles “están equivadxs”, “su pensamiento nos puede matar” o en algún caso más extremo “eres un ignorante”. Aunque estas personas nos ponen en riesgo a todxs, he llegado a la conclusión de que no podemos decir estas frases, ya que cualquiera de esas respuestas solo generaría una reacción quizás más radical, mucha pelea y frustración, con el resultado final de que no habría diálogo. Entonces ¿Cómo generamos un diálogo que no sea entre ‘oídos sordos’, un diálogo que no ignore, que no omita a esa otra persona, sino que contribuya a resolver este dilema que de igual forma nos afecta a todxs?
No tengo la respuesta, pero por ejemplo, luego de escuchar al presidente de Brasil (acérrimo antivacunas) con frases como “cuando un imbécil como ustedes pilla el virus, las probabilidades de sobrevivir son mucho menores que las mías” (24/08/2020) (2), o “Pfizer lo deja bien claro en el contrato; 'Nosotros no nos responsabilizamos por cualquier efecto colateral, si te conviertes en un caimán es tu problema (…) O lo que es peor, van a intervenir en el sistema inmunológico de las personas... ¿Dónde está nuestra libertad?" (17/12/2020) (3), pareciera ser que no sólo no se entiende cómo funciona una vacuna (primer frente para nosotros como educadores en ciencia), sino que, además, no hay ninguna contemplación por el prójimo (ustedes mueren y yo no/mi “libertad” es más relevante). En una sociedad individualista, donde algunas personas se creen superiores a otras, hay un segundo frente que debemos asumir como educadores: la enseñanza de valores y la comprensión- también desde la ciencia- que colaborando se sobrevive mejor que compitiendo. Ahí es donde veo un potencial de diálogo y una forma de responsabilizarnos desde la educación científica para promover lentes científicos de ver el mundo, una mirada que no se posicione como superior, sino que permita entender estas creencias poderosas desde conversar con ellas.
Para finalizar, les dejo la pregunta ¿Qué le dirías a una persona antivacuna?, yo sigo pensando en las respuestas y estrategias que me gustaría explorar. A ustedes que leen este boletín, ¿se les ocurren otras?
(1) Zúñiga, I. R., & Caro, J. (2018). Grupos antivacunas: el regreso global de las enfermedades prevenibles. Rev Latinoam Infectología Pediátrica 31(1): 17–21.
(3) https://www.elmundo.es/internacional/2020/12/18/5fdcaf5a21efa0ee778b4603.html