Junio: Alfabetizar en ConCiencia para la sociedad del siglo XXI

Editorial

Por Cristian Merino Rubilar Profesor de Química y Ciencias Naturales. Miembro del equipo de Coordinación General del CIDSTEM

La educación científica ha fracasado, señala Justin Dillon profesor de química y miembro de la Real Sociedad de Química Británica, al referirse sobre la rapidez con que se han desarrollado vacunas para COVID-19, pero la gran mayoría del público no ha tenido una educación científica que los haya preparado adecuadamente para la pandemia o para participar en debates mucho más amenazadores como el cambio climático.

Por ejemplo, en nuestro país un número considerable de personas se niega a vacunarse e incluso hemos sido testigos de cómo se han realizado campañas con “gancho” para así atraer a la población. Ello nos da cierta idea que como ciudadanos no hemos podido seguir la ciencia del COVID-19 y algunos no entienden los conceptos científicos básicos sobre cómo funciona la ciencia. Lo anterior, invita a cuestionarnos nuestra capacidad para evaluar el riesgo que implica no vacunarnos, para nosotros mismos y para los que nos rodean.

Por tanto, ¿qué necesitamos enseñar y aprender sobre ciencias en la escuela? ¿qué deberíamos priorizar, enfatizar, fortalecer, promover? Pareciera ser que las políticas de indicadores de calidad basados en sistemas de medición (SIMCE, PSU, entre otros), estrategias de caracterización de las escuelas con semáforos, currículos saturados de contenidos, pareciera ser que no son la respuesta.

A menos que reconsideremos lo que significa estar en con-ciencia alfabetizados dentro de un contexto social, político y económico más amplio, entonces la educación científica actual no dará las respuestas que la ciudadanía requiere. Si los estudiantes egresan de la escuela sin entender cómo funciona la ciencia y toman decisiones en base al contenido de las redes sociales, entonces requerimos día tras día, cuestionarnos sobre cómo alfabetizarlos críticamente para prepararlos para los problemas y desafíos científicos del siglo XXI. Sin embargo, los profesores de ciencias, en cuanto al cómo enseñar, tenemos mucho qué decir, pensar, hacer y re-construir una ciencia escolar conectada y vinculada con el territorio local y con las necesidades de las comunidades.

Tenemos mucho por seguir discutiendo y requerimos de nuevos enfoques para ayudar a nuestros estudiantes a entender el valor real y con-ciencia para la sociedad del siglo XXI.