El territorio representa quizás uno de los conceptos más utilizados por las Ciencias para referirse al espacio, siendo usado indistintamente por las distintas disciplinas que lo componen. Durante mucho tiempo, este fue entendido desde sus características geográficas y físico naturales, predominando una mirada positivista en la que se entendían los límites político-administrativos y la cartografía como formas de representarlo y analizarlo.
De esta forma se delineaba una visión territorial plasmada por quienes se encontraban en una posición de poder, siendo su expresión una representación del discurso de estos.
Actualmente, bajo el contexto globalizante del neoliberalismo, la dimensión política del territorio sigue representando una categoría dialogante con los intereses hegemónicos. Sin embargo, dadas las nuevas formas que ha alcanzado el capitalismo, específicamente en América Latina, sus dimensiones cobran nuevos sentidos. El ejercicio de poder en el espacio ha descubierto nuevos límites y el territorio adquiere la expansión de estos. Las dinámicas por controlarlo y poseerlo se conjugan con nuevos modos de operar del capital, en donde el Estado se disfraza de acuerdo a las necesidades del mercado y el acaparamiento de tierras continúa siendo una constante en este proceso. Por otra parte, la transformación de los paisajes se vuelve cada vez más profunda e irreversible, trazando una nueva forma de concebir la relación del ser humano-naturaleza.
Bajo este contexto es que la importancia de la educación en Ciencias con una mirada desde el contexto local y global de cada territorio resulta fundamental para la formación de sujetos políticos con un pensamiento crítico desarrollado en función de la realidad. Desde este punto, es que la enseñanza de las Ciencias, tanto naturales como sociales, se vuelven imprescindibles para la formación de nuevos actores territoriales. De este modo, los niños y niñas del presente son claves para enfrentar las crisis sociales y ambientales. Es por ello que su aprendizaje de las Ciencias demanda ser enmarcado en una comprensión necesaria sobre la realidad contemporánea, dando cuenta de problemáticas socio ambientales, ciudadanas, locales, rurales, políticas, que los y las afectan a diario.
Desde una mirada integral de la educación, la aproximación al territorio permite no solo vincularse directamente con el medio, sino que también nos da cuenta de una mirada transversal a la vida cotidiana de los y las estudiantes, permitiendo aproximarse desde diversas dimensiones a la realidad. En ese sentido, tanto los conocimientos previos, como las experiencias in situ, aportan a un proceso de aprendizaje significativo y desafiante, el cual permite cuestionar y comprender desde una nueva mirada el entorno cotidiano de quienes lo observan fuera del aula.
Para finalizar presentamos una lista de conceptos relevantes al momento de trabajar con la categoría espacial de Territorio en la enseñanza de las Ciencias, seguida de las oportunidades pedagógicas que presenta este tipo de enseñanza-aprendizaje.
Fuente: Elaboración propia, 2019
Construcción de sujetos críticos en la enseñanza de las Ciencias
La construcción de sujetos críticos en la enseñanza de las Ciencias, se encuentra directamente relacionada con la integración de procedimientos y actitudes basados en la lectura relacional de la realidad, es decir, proponemos que la formación de comunidades de aprendizaje esté vinculada a una perspectiva integradora, de forma que el tipo de educación sea multidisciplinar, atendiendo a los fenómenos sociales y científicos como un todo.
Bajo estas nociones, comprendemos la realidad de forma interconectada, y creemos que el estudio de las Ciencias no puede estar desligado de los ejes sociales, políticos, culturales, artísticos, entre otros.
Fuente: Elaboración propia, basado en Ulloa, 2016.