Columna
Por Valeria León
«[…] como CIDSTEM consideramos imperante la consideración de todas y todos los actores de la sociedad en la enseñanza de las ciencias, ya que desde la valoración de los saberes locales y populares, podemos reconocer la importancia de nuestra propia historia, de la historia de las familias, vecinos, vecinas y de los pueblos originarios que habitaron estos territorios. «.
De acuerdo a la editorial publicada a comienzos de este mes: “Lo que compartimos con la Propuesta de la Nueva Constitución“ quisiera agregar algunos elementos que aportan a la discusión en torno la Alfabetización científica crítica, enmarcada en la justicia social y ambiental (Sjöström y Eilks 2018), como uno de los marcos -teóricos y de acción- del Centro e Investigación en Didáctica de las Ciencias y Educación STEM. Donde así como se menciona el enfoque de género, la justicia social, la conciencia ecológica, el pensamiento crítico y la pertinencia territorial, profundizaré en esta última, analizando la noción de territorio en la propuesta de la Nueva Constitución, en comparación al texto escrito el año 1980.
Para comenzar, y solo a modo de ejemplo considerando las frecuencias, si contamos el número de veces que se menciona la palabra “territorio” en la Constitución de 1980, la encontramos escrita 16 veces a lo largo de todo el documento. Mientras que si revisamos la nueva propuesta, encontraremos escrita la palabra “territorio” unas 73 veces. Me detengo en este concepto en particular, porque este ha sido quizás uno de los más utilizados durante los últimos años por los instrumentos del Estado para referirse al espacio, siendo utilizado indistintamente para referirse a distintas dimensiones espaciales. Si profundizamos en las acepciones que se le da en ambos textos, encontramos que hacia los años 80, la incorporación de la dimensión territorial en la antigua constitución estaba puesto en las características geopolíticas físicas del espacio, considerando sus características geográficas y físico naturales, predominando una mirada positivista en la que se analizaba y representaba la cartografía y sus límites político-administrativos. De esta forma se delineaba una visión institucional y homogénea de lo que era el espacio a lo largo de todo Chile. Estas nociones del territorio tuvieron gran importancia desde el pensamiento político nacionalista del s. XIX en Europa, dado que significaba la materialización concreta del mismo, donde se evidenciaban las relaciones de poder que dominaban el espacio y que a su vez no podía ser desentendido de su contenido ideológico.
En la propuesta de la Nueva Constitución (2022), es posible encontrar vestigios de esta noción antigua, no obstante también es presentado como una categoría muy rica en dimensiones y significancia, donde ya no es entendido sólo desde su componente físico y material, sino que se convierte en un reflejo de las disputas de poder y de sus narrativas. Así, existen grandes aportes al concepto de territorio con dimensiones no hegemónicas, que sugieren mayor atención a los fenómenos sociales que ocurren en él y que antes fueron invisibilizados. El territorio ha comenzado a ser visto ya no como un área homogénea, fragmentada de la realidad, sino que ha enfatizado en sus diferencias propias las luchas de poder territorial, reflejo de un constante conflicto que los mantiene en disputa (Hadad & Gómez, 2007).
En cuanto al territorio como escenario y contenido de la alfabetización científica crítica y de la educación en general, encontramos que el Art. 35 nro. 4 dice que “la Educación debe desarrollarse de forma contextualizada y considerar la pertinencia cultural, territorial y lingüística”. Además el Art. 39 “consagra además la importancia de una Educación ambiental que forme una conciencia ecológica”, mientras que el Art. 37 nro. 1, especifica que “la Educación superior debe considerar las necesidades comunales, regionales y nacionales”. Desde estos artículos es posible observar la mirada integradora del territorio, donde este puede ser entendido como lo detalla la geógrafa inglesa, Doreen Massey (2012), como el lugar de encuentro de las relaciones sociales, incorporando que este se mantiene en una tensión constante, dada la disputa de los diversos actores- locales, políticos, económicos- por el poder de dominación y apropiación del espacio. En particular es interesante relevar las diversas dimensiones que esta categoría establece para repensar una conexión intrínseca entre la realidad y el contenido espacial. A su vez, en el plano educativo encontramos que la constitución actual no presenta nada cercano a este tema, repercutiendo directamente en que lo que se enseña en las escuelas a partir del currículum nacional a veces no tiene relación con el contexto territorial que habita la comunidad educativa, dificultando el proceso de enseñanza aprendizaje e imposibilitando la educación desde los principios contextuales de la Alfabetización científica crítica. Sobre lo anterior, Alsop y Bencze (2014) destacan la advertencia de lo que algunas académicas feministas han mencionado: “El riesgo de seguir enseñando a través de prácticas “aisladas del mundo”, a partir de conocimientos “no localizables”, que están “en todas partes y en ninguna” (en González Weil et al, 2020).
Por otra parte, el Art. 36 nro. 3 señala que “todos los establecimientos e instituciones son de carácter democrático”, mientras que el Art. 42 consagra que “la participación vinculante de las comunidades educativas, dentro de la escuela y en las políticas educacionales, democratizando la educación y otorgando más incidencia a padres, madres, tutores, estudiantes y trabajadoras/es de las escuelas”. En ese sentido, parece fundamental la consideración del territorio como una construcción social por parte de las diferentes personas que lo habitan, lo apropian y lo resignifican. Desde ahí, la relevancia de incorporar a las comunidades en los procesos de enseñanza y aprendizaje, especialmente en materias de educación ambiental, justicia y conciencia socio- ecológica. Por esta razón, como CIDSTEM consideramos imperante la consideración de todas y todos los actores de la sociedad en la enseñanza de las ciencias, ya que desde la valoración de los saberes locales y populares, podemos reconocer la importancia de nuestra propia historia, de la historia de las familias, vecinos, vecinas y de los pueblos originarios que habitaron estos territorios. A su vez, como señalan Bolados y Sánchez (2017), “La noción de territorio es relevante al analizar conflictos socio-ambientales (Aliste, & Stamm, 2014; Porto-Gonçalves, 2009), ya que esta categoría nos permite no solo visibilizar la base material de los ecosistemas, sino también su historia y las relaciones que se ha urdido en éstos” (pág. 35). Esto nos permite luchar y defender el lugar que habitamos desde el reconocimiento de su historia y las relaciones que de él subyacen. En relación a la constitución actual, esta no garantiza ni aborda la participación de tutores, familias, madres, padres ni trabajadoras o trabajadores en lo que se enseña en la escuela.
Finalmente, quisiera incorporar el Artículo 52 1. que nos habla del derecho a la ciudad y al territorio como un derecho colectivo orientado al bien común y que se basa en el ejercicio pleno de los derechos humanos en el territorio, en su gestión democrática y en la función social y ecológica de la propiedad ya que desde este plano. Así, bajo lo que ya hemos venido destacando como CIDSTEM, la importancia de vivir en territorios donde se promueva la participación de todas y todos es fundamental para desarrollar el pensamiento crítico y la alfabetización científica crítica. Tal como señalan Jiménez-Aleixandre y Puig (2012) se impulsa el conocimiento a partir del cuestionamiento de evidencias, donde la emancipación social y ciudadana permite desarrollar una opinión independiente en torno a inequidades e injusticias sociales y ambientales.
Referencias
Alsop, S y Becze, L. (2014). Activism! Toward a More Radical Science and Technology Education. In: Bencze, L. & Alsop, S. (Eds.). Activist Science and Technology Education, Cultural Studies of Science Education 9, DOI 10.1007/978-94-007-4360-1_1, Springer
Bolados García, & P. Sánchez Cuevas (2017). Una ecología política feminista en construcción: El caso de las "Mujeres de zonas de sacrificio en resistencia", Región de Valparaíso, Chile. Psicoperspectivas, 16(2), 33-42. DOI 10.5027/psicoperspectivas-vol16-issue2-fulltext-977
Convención constitucional (2022), Propuesta Constitución Política de la República de Chile. Disponible en: https://www.chileconvencion.cl/wp-content/uploads/2022/07/Texto-Definitivo-CPR-2022-Tapas.pdf
González-Weil, C., León, V., Cisternas, D., Caro, G., Morales, R. (2022). Teaching Science in Chilean Environmentally Degraded Areas: An Analysis from a Critical and Ecofeminist Perspective. In: Puig, B., Jiménez-Aleixandre, M.P. (eds) Critical Thinking in Biology and Environmental Education. Contributions from Biology Education Research. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-030-92006-7_10
Hadad, G., & Gómez, C. (2007). Territorio e identidad. Reflexiones sobre la construcción de territorialidad en los movimientos sociales latinoamericanos. IV Jornadas de jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani. Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Disponible en: http://jornadasjovenesiigg.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/sites/107/2015/04/HADAD_Gisela.pdf
Jiménez-Aleixandre, M. and Puig, B. (2012). Argumentation, Evidence Evaluation and Critical Thinking. In B. Fraser, K. Tobin & C. McRobbie (Eds.).Second International Handbook for Science Education, Vol 2 (pp. 1001–1017). Dordrecht: Springer
Massey, D. (2012). Espacio, lugar y política en la coyuntura actual. Urban NS04, Pp. 7-12.
Porto-Gonçalves, C. (2009). De Saberes y de Territorios: diversidad y emancipación a partir de la experiencia latino-americana.Polis (Santiago) 8(22), Pp 121-136 Disponible en: https://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682009000100008.
Sjöström, J. Y Eilks, I. (2018). Reconsidering Different Visions of Scientific Literacy and Science Education Based on the Concept of Bildung. EnIn: Y.J. Dori, Y.J., Mevarech, Z. Baker, D. Cognition, Metacognition, and Culture in STEM Education. Learning, Teaching and Assessment. Springer
Valeria León