Agosto: ¿Qué enseñanzas para la educación científica nos deja la pandemia?

Editorial
Por Germán Ahumada
Desde una visión personal y crítica, creo que hay al menos tres dimensiones para elaborar una respuesta:

Un primer ámbito es el económico y político: nos hemos dado cuenta de la tremenda inequidad que existe respecto a condiciones mínimas para el acceso a oportunidades de aprendizaje, que van desde los recursos tecnológicos, pasando por el acceso a una internet confiable y, por último, la falta de infraestructura mínima que debe existir en todo establecimiento educacional, más ahora que se pretende volver a la presencialidad.

Lograr la Alfabetización Científica de la ciudadanía requiere de ciertas condiciones mínimas, de las cuales se deberían hacer cargo las políticas públicas.

En el ámbito académico, el desafío ha sido resignificar el currículo, migrando desde la propuesta de “priorización curricular” del Mineduc, que puso foco primero en “objetivos imprescindibles”,  y luego en “integradores y significativos”. Esto nos ha llevado a avanzar hacia nuevas formas de evaluación que han surgido desde el “hacer mismo”, más que desde “el saber para hacer” que es a lo que estábamos acostumbrados. Creo que esta es una de las enseñanzas más importantes que nos deja la pandemia:  los profesores, en conjunto con las comunidades educativas, debemos tener autonomía para tomar decisiones curriculares, con  miras a tener una educación que ponga su  foco en la alfabetización científica de la ciudadanía.

La tercera dimensión, la Social, la focalizo en el vínculo Emocionalidad-Ejercicio de la práctica pedagógica, que ha sido valorado en este tiempo, no sólo en el campo educativo sino en todo orden de nuestra vida cotidiana. La falta de interacción “cara a cara” nos ha llevado a poner énfasis y creatividad en la búsqueda de modos de participación que releven mayores grados de involucramiento, dando lugar a lo emocional como elemento primordial para la tarea de enseñar y aprender. El saber emocional como aspecto de la vida humana, es parte de nosotros mismos y, al ejercer como profesores, tiene impacto en nuestros estudiantes y sus familias. Estoy convencido de la importancia de esta dimensión para la Alfabetización Científica desde una mirada crítica, ya sea por responsabilidad profesional o por sello personal.

Estamos viviendo un momento difícil, pero si rescatamos las lecciones que vamos aprendiendo creo que, en parte, habrá valido la pena.